Opinion

RECORDANDO A LA PRIMERA DAMA DE LA REVOLUCIÓN

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Por Ricardo Fuentes Lecuona 01 Agosto 2023

Así las cosas…

 Así las cosas…


 

Este 31 de julio se conmemora el septuagésimo primer aniversario luctuoso de Sara Pérez Romero, una mujer que personificó al empoderamiento político de las mexicanas durante las primeras décadas del siglo XX.

Nacida en San Juan del Río, Sara rompió el techo de cristal desde una muy joven edad, siendo receptora de una educación de alta calidad durante los años 1800s, accediendo al Colegio de Notre Dame en San Francisco, California a sus 23 años. Fue durante sus estudios que conoció a Francisco Madero, con quien entablaría una relación amorosa al final del centenio.

La revolucionaria militó en las filas antirreeleccionistas como miembro y lideresa de diversas agrupaciones políticas que buscaban impulsar la marcha del progreso en México, particularmente en materia de sufragio y liberación femenina. Tras la victoria del Plan de San Luis Potosí, Sara se convertiría en la Primera Dama de la República, un título que sería romanizado como “Primera Dama de la Revolución” por sus esfuerzos y activismo revolucionario. Durante su tiempo como Primera Dama fue también presidenta del Club Caridad y Progreso, además de fundadora de la Cruz Blanca Neutral por la Humanidad.

También era común ver a Sara asistiendo y participando en mítines de organizaciones proletarias y feministas, visitando a las guardias presidenciales y organizando actos solemnes conmemorando el triunfo de la Revolución. La Primera Dama luchó contra los roles de género y las injusticias sociales que enfrentaban las mujeres de la época, particularmente en materia de soberanía política.

El historiador Aurelio de los Reyes (1954) describe este aspecto de la vida de Sara Pérez con la siguiente afirmación: "Ella abandona ovillo y aguja, escoba y trapeador y se lanza a la calle a conseguir sus derechos. Lo que ocurría en esos días era que muchas mujeres salían del hogar y fundaban clubes políticos, organizaban manifestaciones callejeras para apoyar demandas y hasta se lanzaban a la huelga." La participación política de las mujeres en el país, si bien había existido desde la creación del mismo, vio un crecimiento importante durante los años inmediatos anteriores al estallido de la lucha armada, en gran parte gracias a los esfuerzos de mujeres como Sara Pérez Romero.


La semilla de la liberación y el empoderamiento político de la mujer en México comenzó a dar sus frutos durante la reorganización del Estado Mexicano en la primera mitad del siglo XX, alcanzando su máximo triunfo al reconocerle a la mujer mexicana el derecho a votar y ser votada. La lucha que abanderó Sara Pérez Romero es una lucha aún vigente. La liberación social y la soberanía política de la mujer continúan incompletas. Es nuestro deber honrar sus triunfos y asegurar la absolutez de su empoderamiento. ¡Que viva Sara Pérez Romero!