Opinion

2023: RECORDANDO EL LEGADO REVOLUCIONARIO DE FRANCISCO VILLA

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Por Ricardo Fuentes Lecuona 02 Enero 2023

Su nombre es sinónimo con la rebelión popular contra el mal gobierno

 Así las cosas… Uno de los aspectos más notorios de las administraciones federales mexicanas en los últimos años ha sido la dimensión estética y visual que cada una de ellas selecciona para representar su ideología, sus actitudes, y recientemente, sus homenajes a determinados personajes históricos.

Con la llegada del año 2023 nos despedimos de Ricardo Flores Magón y le damos la bienvenida al icónico revolucionario Francisco “Pancho” Villa, cuya imagen será utilizada en medios oficiales.

En el presente artículo, parcialmente dejaré por un lado las implicaciones políticas y sociales que tienen este tipo de homenajes a personalidades históricas por parte del régimen, a favor de llevar a cabo una reflexión sobre la memoria y el legado que nos dejó el célebre Duranguense tras su protagónica participación en los sucesos del temprano siglo XX.

José Doroteo Arango Arámbula, inmortalizado con el nombre “Francisco Villa” es sin lugar a dudas, uno de los personajes más emblemáticos de la historia nacional. Su nombre es sinónimo con la rebelión popular contra el mal gobierno, el empoderamiento campesino y, por supuesto, la Revolución Mexicana.

Desde sus orígenes bandoleros en la sierra de Chihuahua, hasta su entrada triunfal a la Ciudad de México junto a su homólogo Emiliano Zapata, la vida y el legado de Francisco Villa se componen igualmente de sucesos trascendentales y destacados, como de misterios, rumores y romantización.

El jefe supremo de la División del Norte jugó un papel importantísimo en el triunfo del Plan de San Luis, que terminó con la dictadura de Porfirio Díaz y dio paso a la victoria de Francisco I. Madero. Su lucha contra los latifundios, las grandes haciendas y las élites burguesas que por generaciones habían sometido y abusado de las clases trabajadoras, se manifestó en la redistribución de tierras, y lo equiparo con Robin Hood, el carismático líder bandido que tomaba de los ricos para darle a los pobres.

Tras la muerte de Madero durante la Decena Trágica, Villa de nuevo aseguró la victoria de los revolucionarios Constitucionalistas gracias a su genio militar y su profunda popularidad con la población.

El Centauro del norte logró aplastantes victorias contra el Ejército Federal de Victoriano Huerta en Tierra Blanca, Ojinaga, Torreón y, por supuesto, Zacatecas, esta última siendo inmortalizada en la conciencia popular por pinturas y otras expresiones artísticas como La Toma de Zacatecas realizada por el célebre pintor y poeta paisano de Arango, Ángel Boliver. Tanto era el momentum que cargaba el “Napoleón Mexicano” que su movimiento, el “Villismo”, dictó la agenda política de la Convención de Aguascalientes, y, tras la adopción del Plan de Ayala y el Pacto de Xochimilco, su alianza con Emiliano Zapata consolidó un frente popular que brevemente tomó las riendas del Estado Mexicano entre 1914 y 1915.

Si bien la alianza convencionalista no resultó victoriosa políticamente al final de la Revolución Mexicana, puede argumentarse que, a la larga, la victoria popular, cultural e histórica no se la llevaron Álvaro Obregón y Venustiano Carranza, sino Francisco Villa y Emiliano Zapata, quienes gracias a sus medidas revolucionarias serán siempre símbolos de la lucha contra la tiranía, y la represión que desafortunadamente han marcado la historia de nuestro pueblo y nuestra nación.

En este 2023, recordemos todos y todas el legado revolucionario de Francisco Villa. Es nuestra obligación mantener viva esa lucha contra la tiranía y el mal gobierno, unir fuerzas y alzar la voz ante el sometimiento y los abusos, más aún cuando éstos vienen de quienes presumen homenajear a los héroes y equiparar las grandes transformaciones nacionales con su destructivo cacicazgo despótico. Me permito además desear a todos y todas mis lectores un feliz y próspero año nuevo.